El Banco Central de Reserva (BCR) puso en circulación a partir de hoy el nuevo diseño de la moneda de S/. 1.00, alusivo al templo de Kotosh, el complejo arqueológico ubicado en Huánuco.
Esta moneda es la décimo tercera moneda de Un Nuevo Sol, correspondiente a la serie numismática “Riqueza y Orgullo del Perú”, y sólo se emitirán 10 millones de unidades.
En el reverso, en la parte central, se representa una sección del Templo de las Manos Cruzadas de Kotosh y en primer plano un detalle ampliado de las manos cruzadas ubicado en dicho templo.
En total la colección estará compuesta por 26 monedas y la emisión de la última está prevista para fines del 2016.
Las anteriores monedas presentadas son las del Tumi de Oro (Lambayeque), los Sarcófagos de Karajía (Amazonas), la Estela de Raimondi (Ancash), las Chullpas de Sillustani (Puno), el Monasterio de Santa Catalina (Arequipa) y Machu Picchu (Cusco).
También el Gran Pajatén (San Martín), la Piedra de Saywite (Apurímac) y la Fortaleza del Real Felipe (Callao), Templo del Sol, Vilcashuamán (Ayacucho), Centro Ceremonial Kuntur Wasi (Cajamarca) y Templo Inca Huaytará (Huancavelica).
Templo de las manos cruzadas de Kotosh
Kotosh es un sitio arqueológico ubicado en el distrito, provincia y departamento de Huánuco, en el Perú. Se compone de una serie de edificios superpuestos con 6 periodos de ocupación continua que datan desde el Arcaico Tardío hasta el Intermedio Temprano. El más famoso de sus recintos, expuesto actualmente al público, es el Templo de las Manos Cruzadas, llamado así por tener dos altorrelieves en barro en forma de sendos brazos cruzados, cuya antigüedad se remonta al 1.800 a.C. (fase Kotosh-Mito).
Entre los investigadores y arqueólogos que han estudiado este sitio arqueológico se encuentran Javier Pulgar Vidal, Julio César Tello, Ben Trausher y Seiichi Izumi (éste último fue el descubridor del Templo de las Manos Cruzadas).
El Templo de las Manos Cruzadas es el más célebre de los recintos ceremoniales hallados en Kotosh. Tiene forma rectangular y mide 9.5 m de largo por 9.3 m de ancho. Se ingresaba por el sur, por una portada de 2.15 metros de alto. Sus muros, de 2.4 a 2.8 m, fueron enlucidos con una fina capa de barro color blanco-crema y engalanados con nichos y hornacinas grandes de forma trapezoidal.
Debajo de dos de estos nichos se descubrieron las famosas manos cruzadas modeladas en terracota, que los arqueólogos tuvieron sumo cuidado de no dañarlo. Este relieve pudo ser parte de una efigie mayor, que ya no se conserva. Como todos los templos de su tradición, el piso está dividido en dos niveles con un fogón central en el nivel inferior y un conducto de ventilación subterráneo, por donde salían los humos, hacia el exterior.
La antigüedad asignada a este templo o recinto sagrado alcanza a más de 1.800 a.C. en pleno precerámico o arcaico tardío; se dijo en su momento que era el primer ejemplo de arquitectura religiosa, no solo del Perú, sino de toda América.